Manila, FILIPINAS (Agencia Fides, 10/07/2017) – “¡Nunca más guerra en Marawi! Pedimos que se
vuelva a la normalidad y a la paz en Marawi y en la zona lo antes
posible. Nos preguntamos si la extensión de la ley marcial conducirá a
esto. Creemos que la guerra en Marawi no es un conflicto religioso.
Hemos oído y leído historias realmente sorprendentes de cómo los
musulmanes han protegido y ayudado a los cristianos para evitar una
muerte casi segura. Ahora los cristianos están ayudando a miles de
musulmanes que huyeron de Marawi. Estos son signos indiscutibles de que
no existe una guerra religiosa” se lee en el llamamiento de la
Conferencia Episcopal de Filipinas al final de la Asamblea Plenaria
celebrada recientemente en Manila, y enviado a la Agencia Fides.
Los obispos, junto con eruditos islámicos y líderes religiosos de
Mindanao, deploran “el grupo extremista violento Maute que, jurando
lealtad al Isis, ha contradicho los principios fundamentales del Islamm
al secuestrar y asesinar a personas inocentes”.
Desalentando cualquier uso instrumental de la religión para fines
violentos, los obispos instan a que “los padres, escuelas, iglesias y
mezquitas se aseguren de que nadie se sentirá atraído por los
terroristas”, enseñando a los jóvenes que “nuestras fes están destinadas
a la paz” y que “ninguna religión enseña la matanza de personas
inocentes sólo porque pertenecen a otra fe”.
El mensaje de los Obispos recuerda que “ya hay una base para la paz y el
entendimiento. Es parte de los principios básicos de ambas religiones:
el amor de Dios y el amor al prójimo”.
“Amar al prójimo significa actuar”, continúa el texto y los Obispos
invitan a “compartir nuestros recursos para ayudar a los miles de
personas que huyeron de los horrores de Marawi”. “Oramos por la
seguridad de los civiles atrapados - dicen los prelados – de aquellos
secuestrados por los terroristas. Tratemos de ser vigilantes, ayudando a
nuestras fuerzas de seguridad a derrotar las amenazas del terrorismo en
otras áreas de Mindanao. Ayudemos al gobierno a reconstruir la ciudad
de Marawi para que sus ciudadanos puedan recuperar sus vidas”.
El mensaje reconoce la “inestimable generosidad de los donantes de
diferentes credos, tanto locales como extranjeros, que respondieron con
prontitud a las necesidades de los refugiados de Marawi” y lanza un
llamamiento “para que no paren las ayudas”. El mensaje termina confiando
toda la historia y todas las personas que sufren “a María, madre de
Jesús”: “Los católicos creen que hace 100 años se apareció a tres niños
en el pueblo de Fátima, que es el nombre de la hija del Profeta
Muhammad. A María dirigimos nuestra oración por la paz y la armonía
entre los pueblos de diferentes religiones”.