CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 01/07/2019) - La Obra Pontificia de San Pedro Apóstol es una de las cuatro Obras
Misioneras Pontificias. Fue fundada en 1889 en Caen, Francia, por la
sra. Jeanne Bigard, con el apoyo de su madre Stephanie, inspirada por el
vicario spostólico de Nagasaki, mons. Jules-Alphonse Cousin, obispo
misionero del MEP, que quería formar a sacerdotes locales en Japón para
proclamar el Evangelio a su pueblo. El propósito de POSPA es apoyar, con
oración y ayuda financiera, la formación del clero local en las
Iglesias de misión, así como la de los candidatos a la vida religiosa,
hombres y mujeres.
"En el año 2019, cuando la Iglesia universal celebrará el Mes Misionero
Extraordinario - afirma el p. Bognon -, hay algunas fechas
significativas para nosotros: el primero de junio recordamos la
fundación de la Obra, que tuvo lugar en 1889, hace 130 años. El 2 de
diciembre de 2019 se cumple el 160º aniversario del nacimiento de la
fundadora de la Obra, Juana Bigard (1859-1934), mientras que el 22 de
abril se cumple el 85º aniversario de su muerte. Aunque estas fechas no
constituyen un jubileo en el sentido común, son todavía una oportunidad
para hablar de la POSPA: en muchos países, de hecho, la Obra, después de
más de un siglo de vida y de compromiso continuo, es todavía poco
conocida".
Fiel a su objetivo de ofrecer una "formación de calidad" a los futuros
sacerdotes, la Obra desarrolla su trabajo ordinario en varios niveles.
"Consideramos importante la formación de los formadores - dijo el padre
Bognon- que aseguramos a través de encuentros en profundidad y becas. Se
organizaron sesiones de formación en Roma, así como en algunos países
de Asia y África. En algunos países se han previsto reuniones anuales,
mientras que para muchos otros la voluntad de organizar este tipo de
formación se enfrenta a la falta de recursos financieros. Sin embargo,
estas sesiones de estudio son muy importantes, incluso necesarias, si
queremos seguir formando sacerdotes de calidad para la Iglesia hoy y
mañana".
En cuanto al apoyo a la formación mediante becas, el POSPA apoya a los
estudiantes que estudian en universidades o colegios católicos del
Camerún, la República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Kenya,
Nigeria, Tanzanía y Bélgica. La mayoría de ellos se están preparando
para ser formadores en seminarios o casas religiosas. Este año hay 302
sacerdotes, religiosos y religiosas. Dos años atrás se inició un
programa experimental a favor de los futuros formadores pertenecientes a
Congregaciones o Institutos Religiosos de Derecho Diocesano. Para este
año académico 2018-2019, se han concedido becas a 21 religiosos de
Ghana, República Democrática del Congo, Malawi y Nigeria. "Los programas
de formación de formadores son de suma importancia si queremos ayudar a
la Iglesia a superar los retos de calidad y credibilidad de las almas
consagradas que necesita para su misión evangelizadora", afirma el p.
Bognon.
La Obra colabora también con el Centro de Protección de la Infancia
(CCP) de la Universidad Gregoriana de Roma, financiando cada año la
formación de seis sacerdotes y religiosos, "con el fin de poner a
disposición de las Conferencias Episcopales personas competentes en el
campo de la protección de menores", dijo el secretario general.
P. Bognon recuerda que en 2018 el POSPA envió subvenciones ordinarias a
737 seminarios, entre menores, preparatorios y especializados en África,
Asia, Oceanía y América Latina. Precisamente: 383 seminarios menores
con 47.556 seminaristas; 125 seminarios preparatorios con 4.703
seminaristas; 229 seminarios mayores con 24.500 seminaristas mayores. El
POSPA también ha contribuido a la formación de novicias y novicios en
1.200 noviciados: 2.882 novicios y 5.212 novicias para un total de
8.094.
"A estos apoyos ordinarios -explica el p. Bognon- hay que añadir las
subvenciones extraordinarias, porque el aumento de las vocaciones
implica la ampliación o reestructuración de los seminarios existentes o
incluso la construcción de otros nuevos. Recibimos continuas peticiones
de rectores y obispos quienes nos piden ayuda para que el ambiente del
seminario sea más funcional, siempre con la máxima sencillez y, por
tanto, más adecuado para asegurar la formación serena de los futuros
sacerdotes.
Lamentablemente, a menudo nos vemos obligados a hacerlos
esperar mucho tiempo por nuestra respuesta debido a la falta de fondos
disponibles".
El p. Bognon, nacido en Benin, asistió a los seminarios de su país y
completó su formación en Toulouse, Montreal, Roma y Jerusalén, subraya
que gracias al compromiso de las Direcciones Nacionales de las Obras
Misionales Pontificias, a pesar del continuo declive de la oferta desde
hace algún tiempo, el año pasado se produjo una inversión de la
tendencia, sobre todo gracias a algunos países de África y de los
Estados Unidos. Además, durante mucho tiempo se ha instado a los
seminarios a idear formas de autofinanciamiento, incluso mediante el
compromiso de los feligreses con sus futuros pastores. "En la mayoría de
los seminarios -explica- ya se han llevado a cabo o ampliado estas
actividades, no sólo para la subsistencia diaria, sino también para
acostumbrarse al sentido de la responsabilidad, al humilde trabajo que
acerca al futuro sacerdote a la vida concreta de sus fieles del mañana".
La Obra Pontificia de San Pedro Apóstol nació sensibilizando a todos los
laicos para que participaran en la misión de la Iglesia, mediante el
apoyo a la formación de sacerdotes en los territorios de misión concluye
el p. Bognon. "Es un concepto que sigue siendo válido hoy, impulsado
por la nueva realidad eclesial, que encontramos en la base del Mes
Misionero Extraordinario de octubre de 2019, que pretende despertar en
cada bautizado la responsabilidad de la missio ad gentes y de la caridad
misionera".