Ciudad Bolívar, VENEZUELA (Agencia Fides, 20/12/2016) – “Creemos con firmeza que la solución no
es la barbarie, el vandalismo y la irracionalidad. Podemos dirimir
nuestros conflictos en un marco civilizado, pacífico y democrático. La
violencia es el arma de los que no tienen la razón” afirma el comunicado
de Su Exc. Mons. Ulises Antonio Gutiérrez Reyes, Arzobispo de Ciudad
Bolívar, publicado el 19 de diciembre después de los episodios de
vandalismo y saqueo de los comercios de la ciudad ocurridos durante el
fin de semana.
“Somos un pueblo identificado con la justicia y la paz, respetuosos de
los valores morales y espirituales arraigados en nuestras familias. Es
verdad que en Venezuela estamos transitando por momentos difíciles...
Vivimos en una sociedad donde está arraigado el pecado estructural, que
por consiguiente, siempre impone la cultura de la muerte, el caos y la
confusión” continúa el texto, recibido en la Agencia Fides.
“A todos les invitamos a seguir siendo protagonistas del bien común, sin
renunciar a ser escuchados, haciendo valer sus derechos, rechazando
todo tipo de violencia, y bajo ningún motivo participar en este tipo de
actos que contradicen nuestra condición de cristianos” reitera el
Arzobispo. “Nos preocupa el silencio de los medios de comunicación,
tanto a nivel nacional como regional, lo que ha favoreciendo rumores,
zozobra y pánico en la población” concluye el comunicado.
Según los datos recogidos por la Agencia Fides, unos 450 comercios han
sido completamente destruidos, incluso quemados sin ningún motivo. “Es
la primera vez en la historia que sucede tal cosa en Ciudad Bolívar,
esta es una ciudad que vive del comercio. El 80% del movimiento
económico en la ciudad es generado por el comercio, no hay industrias, y
esto nos afecta mucho”, ha declarado el presidente de la Cámara de
Comercio del estado de Bolívar. Muchos testimonios en las redes sociales
denuncian que la causa principal de esta situación particular, son las
últimas medidas económicas del gobierno contra la población. Los mismos obispos había advertido sobre el peligro de
este tipo de reacciones.