Yakarta, INDONESIA (Agencia Fides, 03/03/2017) - La violencia contra las comunidades religiosas
y los abusos contra la libertad religiosa se han incrementado en
Indonesia durante el 2016. Según el Informe sobre la libertad religiosa
en Indonesia 2016, realizado y recién publicado por el “Wahid
Institute”, un centro de estudios con sede en Yakarta fundado en el año
2004. El instituto monitora periódicamente la libertad religiosa en
Indonesia desde 2008.
Según el informe enviado a la Agencia Fides, en el año 2016 se
registraron al menos 204 episodios y 313 actos de abusos contra las
comunidades religiosas, especialmente las minorías, con un incremento de
alrededor del 7% en comparación con el 2015, cuando el número de
violaciones fue 190 episodios y 249 actos de violencia.
Como señala el documento, la mayoría de las violaciones (130) fueron
cometidas por agentes estatales, las restantes fueron obra de agentes no
estatales, como entes privados, organizaciones, individuos o grupos de
ciudadanos.
“Y si tenemos en cuenta los episodios que ya se han denunciado en estos
primeros meses del 2017, en porcentaje, las violaciones están aumentando
de otro 7% más”, dice Alamsyah M Jafar, un investigador del “Wahid
Institute”.
Al observar la distribución de los actos de violencia en diferentes
zonas del archipiélago de Indonesia, se constata que se han producido en
25 provincias: la mayoría en Java Occidental (46 episodios), seguida
por la provincia de Aceh, en Sumatra (36 episodios), y luego de la zona
metropolitana de Yakarta (23 episodios), Yogyakarta (10 episodios), Java
Oriental (9 episodios), Lampung (8 episodios), Banten y Java central (7
episodios cada una).
El padre Paulus Rusbani Setyawan, jefe de la Comisión para los Laicos de
la diócesis de Bandung, capital de la provincia de Java Occidental, con
un 97% de población musulmana, ha visionado el informe y ha señalado a
la Agencia Fides: “Si nos fijamos en la vida cotidiana de la población
de Java Occidental, nos damos cuenta que, por regla general, las
personas no se preocupan por la etnia o la religión en relación con los
demás. Hay una coexistencia pacífica en la base”.
Sin embargo, añade, “algunas actitudes de intolerancia, que a su vez
contagian a la sociedad con el virus de la intolerancia y la violencia,
son el resultado de enseñanzas dadas por algunos líderes religiosos y
políticos, que hablan de la supuesta superioridad de una comunidad con
respecto a otras”.
“Es un hecho muy triste y grave que los líderes sociales o religiosos,
incluso algunos educadores en las escuelas públicas, intencionalmente o
no, alimenten actitudes de intolerancia y discriminación en la sociedad
indonesia”, añade.
A menudo, por ejemplo, “se hace hincapié en la veracidad de una religión
sobre otra y se difaman otras religiones, o se burlan de los ritos y
las prácticas de los estudiantes con creencias diferentes”, señala. “Si
se dejan proliferar estas actitudes venenosas, el resultado final será
la destrucción de la unidad e integridad del pueblo de Indonesia”,
advierte el sacerdote, recordando que “el rostro verdadero de Indonesia
es el de la coexistencia pacífica, el de la inclusión y la tolerancia”.