Chocó, COLOMBIA (Agencia Fides, 21/03/2017) – “No se detiene la violencia en el Alto Baudó.
Las comunidades a lo largo del río Baudó y San Juan viven una grave
crisis humanitaria, y muchos han comenzado a huir” declara Su Exc. Mons.
Julio Hernando García Peláez, obispo de Istmina-Tadó, hacia la costa
colombiana del Pacifico. Las comunidades de la zona, informa una nota
enviada a la Agencia Fides desde la Conferencia Episcopal, se encuentran
en medio del fuego cruzado y piden una “tregua humanitaria” como
solución a la violencia que agudiza la crisis en la zona.
Aproximadamente 500 personas de las comunidades afros de Peña Azul,
Apartado, Boca de Leon, Cocalito y Amparradó, así como el grupo de las
comunidades indígenas de Geandó, Vacal y Puerto Peña son presas del
miedo y la zozobra provocados por los permanentes enfrentamientos entre
grupos armados del crimen organizado y de los narcotraficantes.
“Este era un pueblo tradicionalmente pacífico, pero en los últimos años
se ha perdido la paz. La guerra, la zozobra, la desconfianza y la sangre
afectan a la población civil, especialmente a mujeres y niños” ha dicho
el obispo hablando a un grupo de periodistas y agentes de los medios de
comunicación. Mons. García Peláez ha explicado que las comunidades,
presas del miedo, han huido a otras ciudades donde no se produce nada,
donde no hay trabajo ni comercio y esto está generando una grave crisis
humanitaria. “No estamos debidamente preparados para enfrentar estas
emergencias” se ha lamentado, pidiendo la presencia urgente del estado y
las garantías para hacer regresar a sus territorios a estas personas.