Manila, FILIPINAS (Agencia Fides, 08/03/2017) – La Iglesia católica filipina está “de luto”
después de que la Cámara de Representantes ha aprobado – en la tercera
lectura - el restablecimiento de la pena de muerte en la nación. En la
votación de ayer, 7 de marzo, 217 miembros de la Cámara votaron “sí” al
proyecto de ley que establece la pena de muerte por delitos relacionados
con las drogas, 54 dieron un voto negativo y uno se abstuvo. La ley ha
sido promovida por la alianza de gobierno que apoya al presidente
Rodrigo Duterte y fuertemente apoyado por éste. Ahora el proyecto de ley
pasará al Senado, a la asamblea compuesta de 24 miembros, en el que el
partido de Duterte tiene la mayoría.
El Arzobispo Sócrates Villegas, Presidente de la Conferencia Episcopal
de Filipinas, ha dicho que esta decepcionado porque la Cámara “ha dado
el permiso al estado para matar” y ha afirmado que los obispos “no nos
sentimos derrotados ni podremos ser silenciados”.
“En medio de la Cuaresma - señaló un comunicado de los Obispos – nos
preparamos para celebrar el triunfo de la vida sobre la muerte, y
mientras estamos entristecidos porque la Cámara ha votado en favor de la
pena capital, nuestra fe nos asegura que la vida triunfará”. Los
pastores llaman a los fieles a una movilización general para manifestar
“el espíritu de oposición” a la pena de muerte. También piden a los
abogados, jueces y juristas católicos “que consientan que la dulzura del
Evangelio ilumine su trabajo y la aplicación de la ley”, “llevando vida
en su servicio a la sociedad”.
Rodolfo Diamante, secretario ejecutivo de la Comisión episcopal para la
Pastoral prisiones, ha declarado que “los legisladores han perseguido
sus intereses personales y no el bien común”, “sacrificando su
conciencia y sus principios”.
La pena capital fue introducida en la ley de Filipinas, en 1946, y se
mantuvo en vigor durante el período de la dictadura de Ferdinand Marcos.
Fue suspendido en 1987 durante el gobierno de Corazón Aquino y luego
volvió a introducirse durante el gobierno de Ramos para los “crímenes
atroces”. Durante la presidencia de Joseph Estrada, en 1999, se produjo
la ejecución de Leo Echegaray, tras lo cual se concedió una nueva
moratoria. En 2006, el gobierno de Gloria Macapagal Arroyo firmó la
abolición de la pena de muerte antes de visitar al Papa Benedicto XVI.
Desde 2006, Filipinas ha apoyado la causa abolicionista, promoviendo
diversas iniciativas en el ámbito internacional e incluso obteniendo la
conmutación de las penas de muerte impuestas a ciudadanos filipinos en
el extranjero.