Atalaya, PANAMÁ (Agencia Fides, 07/03/2017) – La Basílica Menor San Miguel Arcángel de
Atalaya, a 250 km de la ciudad de Panamá, ha sido la meta de la
tradicional cita para los devotos de Jesús Nazareno, que cada año el 5
de marzo reúne a miles de fieles. La misa por la gran fiesta ha sido
celebrada por el Arzobispo de Panamá, Su Exc. Mons. José Domingo Ulloa
Mendieta, O.S.A., que ha hablado de la situación del país, de modo
particular de la plaga de la corrupción.
“¿Quién paga la corrupción?: el pobre, los hospitales sin medicina, los
enfermos sin cuidado ni atención espiritual, los niños sin educación ni
catequesis” ha dicho Mons. Ulloa. “Nadie está exento de
responsabilidades, ni las iglesias, ni los ricos, ni los pobres” ha
añadido según le texto recibido en la Agencia Fides.
Durante la Misa ha querido consagrar el País y la Jornada Mundial de la
Juventud 2019 al Corazón Inmaculado de Maria. “Pidamos al Nazareno que
nuestro encuentro supere lo tradicional, lo folclórico y transforme
nuestras vidas y nuestra sociedad” ha dicho el Arzobispo.
“Hoy conmemoramos los 34 años de la visita de San Juan Pablo II a
Panamá; y hoy tenemos la dicha que está con nosotros una réplica de las
13 que existen de la imagen de Nuestra Señora de Fátima, que está
peregrinado por el mundo entero en conmemoración de los cien años de su
aparición en Cova de Iria, Portugal, a tres pequeños e inocentes niños y
Panamá es uno de esos países privilegiados”.
“Pero hay un pecado todavía más grave que la corrupción - ha dicho para
terminar Mons. Ulloa -, que es la indiferencia, el poco importa, que nos
hace insensibles ante el dolor del “otro”, ante la necesidad del
“otro”. Este es otro de los males que debemos combatir. Porque la
indiferencia nos paraliza, no nos permite movernos, nos clava en el
suelo, dejando que “todo pase”, porque no va conmigo”.