El Cairo, EGIPTO (Agencia Fides, 02/03/2017) - Después de dos días de ponencias y debates,
en el marco de la Conferencia sobre “la libertad y la ciudadanía, la
diversidad y la integración”, dentro del congreso organizado en el Cairo
por la Universidad de Al Azhar y por el Consejo de los sabios
musulmanes (organismo con sede en Abu Dhabi) - los más de 600 delegados
(políticos, académicos, líderes religiosos cristianos y musulmanes)
participantes de la conferencia, procedentes de 50 países, han firmado
la “Declaración de convivencia recíproca islámico-cristiana”, que
condena el uso de la violencia en nombre de la religión e indica como
principio de ciudadanía el criterio que debe aplicarse para garantizar
la convivencia pacífica y fructífera entre personas de diferentes
religiones y comunidades religiosas.
El mismo Sheikh Ahmed al Tayyib, Gran Imán de Al Azhar, ha explicado el
contenido y ha proporcionado la clave para la interpretación de la
“Declaración”, en un discurso final bien articulado, en el que ha
recordado la necesidad de aplicar los principios de ciudadanía, igualdad
y estado de derecho para contrarrestar la discriminación y los malos
tratos sufridos por las minorías. El Gran Imán ha rechazado las
prácticas sociales y jurídicas que crean un “estándar doble”
discriminando a los ciudadanos en base a su pertenencia o no al Islam.
Al Tayyib, en su intervención, que hemos recibido en la Agencia Fides,
también ha reiterado la incompatibilidad entre el verdadero Islam y la
persecución contra los creyentes no musulmanes, remarcando que la
defensa de la libertad de los ciudadanos es una tarea reservada a los
Estados nacionales, y ninguna otra entidades, religiosa o de otro tipo,
debe pretender interferir con los gobiernos nacionales legítimos en este
terreno. Precisamente ayer, miércoles 1 de marzo, Amnistía
Internacional había interpelado a las autoridades civiles egipcias,
culpándolas de “fracasar” en la defensa y protección de los cristianos
coptos en el Norte del Sinaí, que en las últimas semanas, han sido
víctimas de una serie de asesinatos y actos de violencia selectiva.
El Gran Imán, en su discurso final, ha denunciado una vez más, la
propaganda que pretende imponer al imaginario colectivo la falsa idea de
una grave vínculo entre el Islam y el terrorismo, advirtiendo que la
insistencia sobre este estereotipo engañoso abre el camino hacia la
criminalización de todas las religiones, un objetivo perseguido por los
sectores “ultra-modernistas” que tratan de cancelar todas las
afiliaciones religiosas como una medida necesaria para garantizar la
estabilidad de las saciedades denominadas como “avanzadas”.