Baghdad, IRAQ (Agencia Fides, 20/03/2017) - Muchas comunidades caldeas de la diáspora,
dispersas en los países occidentales, han pedido al Patriarcado que
envíe urgentemente sacerdotes para la atención pastoral. Pero el
patriarcado caldeo no puede enviar al extranjero sacerdotes que trabajan
en el servicio de las diócesis en Iraq, en parte debido a la prioridad
de la atención pastoral de las comunidades que están en áreas de
importancia histórica de la Iglesia caldea.
Por ello, las comunidades de la diáspora, con sus obispos,tendrán que
tomar medidas para resolver de forma local el problema de la escasez de
vocaciones sacerdotales, incluso incentivando la ordenación de hombres
casados. Estas son las indicaciones y las sugerencias contenidas en una
declaración que acaban de publicar los canales oficiales del Patriarcado
caldeo, en respuesta a las peticiones de las comunidades dispersas en
todo el mundo.
El Patriarcado - se lee en el texto recibido en la Agencia Fides - sabe
bien que se necesitan sacerdotes para las comunidades caldeas “que se
encuentran en Australia, Canadá, EE.UU., Europa y varios países de
Oriente Medio”. Pero la escasez de vocaciones hace que sea imposible
responder a las muchas peticiones. Y puestos a elegir, el Patriarcado
refiere que considera prioritaria la permanencia de un número
considerable de sacerdotes en las diócesis que administran los
territorios iraquíes.
El fenómeno del éxodo de los cristianos caldeos – se lee en el documento
- se ha intensificado en los últimos quince años debido a varios
factores: la falta de seguridad, el extremismo y el terrorismo incluso
de tipo sectario, la inestabilidad política. Por todos estos fenómenos
“los cristianos han sufrido tanto, junto con los demás ciudadanos”,
remarca el documento del Patriarcado. Pero ahora, no hay sacerdotes
caldeos suficientes para ser enviados a todas las ciudades donde se han
creado nuevas comunidades caldeas, a causa de las corrientes
migratorias. La situación de emergencia, también afecta de igual modo a
otras Iglesias orientales. Pero frente a esta situación, no se puede
reducir ulteriormente el número de sacerdotes que trabajan en Iraq, si
no se quiere empeorar la condición de las comunidades que ya están en
riesgo de extinción en los países de origen en los que estas Iglesias, a
menudo de origen apostólica, florecieron.
El Patriarca caldeo Louis Raphael I Sako, contactado por la Agencia
Fides, pone en cuestión la responsabilidad de cada obispo individual,
incluidos los que guían a la comunidad caldea en la diáspora. El
comunicado emitido por el Patriarcado caldeo invita a todos ellos a
buscar soluciones para ayudar a aumentar el número de sacerdotes en sus
respectivas diócesis, incluido un mayor recurso a la ordenación
sacerdotal de hombres casados, algo que está contemplado en la
disciplina canónica de las Iglesias católicas orientales.