miércoles, 1 de marzo de 2017

Santo Padre saluda a los peregrinos: “Cuaresma, tiempo de renovación espiritual y solidaridad”

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va — 1° de marzo de 2017). Al final de la catequesis el Santo Padre FRANCISCO saludó, como es habitual, a los fieles y peregrinos procedentes de diversos países que habían participado en la Audiencia General, entre ellos a los de lengua árabe, en particular a los llegados de Irak, Jordania y Oriente Medio. También dio la bienvenida, entre los de habla francesa, a los jóvenes de París, Pignan, Saint Cloud, Suiza y Bélgica y a los de lengua inglesa venidos de Estados Unidos y Corea.


El Papa saludó, entre los italianos, a los grupos parroquiales y a las asociaciones: los Amigos del corazón, de Altamura que han regalado un desfibrilador; los estudiantes de Civitavecchia, Legnano, Cislago, Thiene y Cefalù, así como el Instituto Técnico por el Turismo Livia Bottardi de Roma y la escuela cristiana holandesa de Meppel. “Deseo a todos –dijo– que este encuentro al principio de la Cuaresma suscite una renovación espiritual con la participación en las celebraciones cuaresmales y en las campañas de solidaridad que muchos organismos eclesiales, en diversas partes del mundo, promueven para testimoniar la cercanía a los más necesitados”.


“Pienso especialmente en los jóvenes, en los enfermos y en los recién casados. Queridos hermanos, hoy, Miércoles de Ceniza, el Señor os indique el camino de esperanza a seguir. El Espíritu Santo os guíe para recorrer un verdadero camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios, ser purificados del pecado y servir a Cristo presente en los hermanos”.


Estas fueron sus palabras en español:


“Queridos hermanos y hermanas:


Hoy, miércoles de ceniza, los invito a reflexionar sobre la cuaresma como tiempo de esperanza. Al igual que el Pueblo de Israel que sufrió la esclavitud en Egipto, cada uno de nosotros está llamado a hacer experiencia de liberación y a caminar por el desierto de la vida para llegar a la tierra prometida.


Jesús nos abre el camino al cielo a través de su pasión, muerte y resurrección. Él ha debido humillarse y hacerse obediente hasta la muerte, vertiendo su sangre para librarnos de la esclavitud del pecado. Es el beneficio que recibimos de él, que debe corresponderse con nuestra acogida libre y sincera.


Estamos llamados a seguir el ejemplo de Nuestro Señor. Él venció al tentador y ahora nosotros debemos también afrontar la tentación y superarla. Él nos dio el agua viva de su Espíritu y nosotros debemos ir a buscarla a la fuente de los sacramentos y la oración. Él es la luz que vence las tinieblas y nos pide a nosotros alimentar la llama que se nos confió el día de nuestro bautismo. De este modo, nuestro camino cuaresmal será signo sacramental de nuestra conversión.


Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Los exhorto a caminar en esperanza y con empeño en este camino de amor, que hoy Dios nos propone al inicio de la Cuaresma. Que nuestro esfuerzo forje una esperanza sólida, como la de María, que continuó a creer y a esperar incluso cuando se encontraba junto a la cruz de su Hijo. Que Dios los bendiga a todos”.