Dili, TIMOR ORIENTAL (Agencia Fides, 21/03/2017) – Timor Oriental, es decir la nación más joven de
Asia, votó ayer para las elecciones presidenciales, en la primera ronda
electoral desde que las tropas de peacekeeping de la Onu dejaron el
país, en el 2012. En la república democrática con casi 1,2 millones de
habitantes, al 95% católicos, la afluencia a las urnas ha sido muy alta
(86,3% de los 750 mil votantes). Se ha asegurado el puesto presidencial,
con más del 57% de los votos, mientras el escrutinio oficial ha contado
más del 90% de las papeletas, es Francisco Guterres, ex líder
guerrillero del Frente revolucionario de Timor Oriental Independiente
(Fretilin), sostenido en este turno por Xanana Gusmão, héroe
revolucionario y líder de la resistencia, en la lucha contra la
ocupación Indonesia.
En la política de Timor, el presidente electo, que ocupa el cargo
durante cinco años, es una figura de representación, cuyos poderes
formales se limitan al derecho de veto. En julio, los electores votarán
en las elecciones parlamentarias, de las que saldrá el nuevo primer
ministro.
Durante la campaña, Guterres se ha comprometido a dar prioridad a la
economía, a la educación, al empleo y al desarrollo. La economía de
Timor Oriental depende en gran medida del petróleo y del gas, que
representan alrededor del 90% de los ingresos públicos, pero, según
datos de la Onu del 2015, más del 50% de la población sigue estando por
debajo del umbral de pobreza, mientras que el desempleo supera el 20% y
casi el 50% de la población es analfabeta.
La Agencia Fides, ha contactado al misionero jesuita filipino, padre
Erik John Gerilla, que trabaja en Timor Oriental desde hace cinco años
en el servicio social, que nos dice: “Las elecciones se han celebrado de
forma pacífica y esto es un signo positivo. El presidente ha recibido
un amplio apoyo. Es muy cercano a la gente. Los desafíos a los que se
enfrenta la nación en la actualidad son los de la seguridad alimentaria,
que no está garantizada todavía, los bajos salarios, el cambio
climático que afectan a los agricultores. La población está compuesta
por un 75% de jóvenes menores de 30 años: hay que responder a sus
necesidades, de educación y de trabajo. Las escuelas públicas no
proporcionan una gran calidad, hay pocas universidades y en este sector
las escuelas privadas católicas dan una contribución importante,
proporcionando un recorrido y una educación de calidad”. Con este fin,
continúa, “los jesuitas trabajan en la formación de los profesores e
n el
Instituto Juan de Britto, que tiene como objetivo preparar a los
docentes para los niveles más altos, incluidas materias profesionales y
técnicas”.
En la construcción de la nación, con una gran mayoría católica, “la
Iglesia tiene un papel activo en la contribución al crecimiento del
país, cooperando con las instituciones nacionales en el ámbito de los
servicios sociales y en la reconstrucción del sistema educativo”,
señala.
Otro factor importante es “la obra de reconciliación, que comenzó hace
años en la sociedad de Timor”, a través de una comisión especial para la
verdad y la reconciliación establecida después de la violencia que
marcó la separación de Indonesia en 1999, que causó más de 1.400 muertes
y 300 mil desplazadas. “La Iglesia proporciona una contribución
especialmente en el seguir criterios de paz y justicia, y en la curación
de las heridas a través del perdón”, concluyó el jesuita.