Caracas, VENEZUELA (Agencia Fides, 06/07/2017) – Ayer en Venezuela se vivió una jornada de
tensión: Por una parte, se celebró el 206 aniversario de la firma de la
Independencia; por otro la irrupción de la violencia en el Parlamento,
símbolo hasta ayer de la democracia intocable del país. Según fuentes de
agencia, un grupo de unos 100 militares chavistas entró por la fuerza
en la sede del Parlamento. Unas 350 personas permanecieron retenidas por
más de nueve horas. Han sufrido agresiones los diputados, los
funcionarios e incluso los periodistas que se encontraban en su interior
y se habla de, al menos, diez heridos. Al final del asalto, Julio
Borges, presidente de la Asamblea Nacional, declaró a los periodistas:
“Este grupo de personas, pagadas por el gobierno, ha entrado en esta
sede para secuestrar, no a los diputados o a los periodistas, sino para
secuestrar la soberanía popular venezolana, nuestra democracia”.
A través de las redes sociales, Fides ha recogido numerosas
declaraciones de condena de este violento acto, tanto por parte de los
gobernantes de muchos países latinoamericanos, como del presidente del
Parlamento Europeo, Antonio Tajani. Hace pocos días, el cardenal Urosa,
arzobispo de Caracas, había definido la posición del gobierno de Maduro
como “la guerra de un gobierno contra su pueblo” y explicaba: “Nosotros,
los obispos, pedimos al gobierno nacional que reconsidere la situación,
que deponga su actitud de querer implantar en Venezuela un sistema
totalitario militarista-marxista. Por supuesto, pedimos al presidente
que desista de usar la legalidad para desmantelar el estado. Todo esto
es reprobable e intolerable y no es lo que desea la mayor parte del
pueblo venezolano”.
El Papa Francisco, en el Ángelus del pasado domingo, 2 de julio, recordó
que el 5 de julio era la fiesta de Independencia de Venezuela, y
aseguró su oración “por esta querida nación”. Además, hizo un
llamamiento para que se pusiera “fin a la violencia” y se encontrase
“una solución pacífica o democrática a la crisis”.