Pará, BRASIL (Agencia Fides, 10/07/2017) – A poco más de un mes de distancia de la matanza
de 10 campesinos en Pau D'Arco, en el estado brasileño de Pará, otro trabajador rural ha sido asesinado en la misma
región. El viernes, 7 de julio, Rosenildo Pereira de Almeida, de 44
años, fue asesinado cuando salía de una iglesia en Rio Maria, a 43
millas de distancia de la granja Santa Lucía. Según las investigaciones
policiales, dos individuos enmascarados en una motocicleta dispararon
cuatro veces contra Almeida a las 10 de la noche.
Según Diario Online, Almeida era miembro de la “Liga de los Campesinos
Pobres”, y había ayudado a reorganizar un campamento dentro de la granja
de Santa Lucía pocos días después de la matanza de campesinos del 24 de
mayo. El abogado que sigue la causa de las víctimas de Santa Lucía ha
confirmado que Almeida era uno de los líderes de las familias de que
habían regresado para crear otro campamento, con el fin de obligar al
gobierno a incluir la propiedad en el programa de reforma agraria. La
policía local y la policía de Xinguar están investigando el asesinato.
La nota enviada a la Agencia Fides por la Comisión para la Pastoral de
la Tierra (CPT), indica la ausencia de una política nacional de reforma
agraria. Durante años, el número de asentamientos ha disminuido,
mientras que el conflicto aumenta. A pesar de la matanza de Santa Lucía,
aún hoy en día no existen disposiciones sobre el uso de la tierra para
dar cabida a las familias acampadas. Es ineficacia del Instituto
responsable es sin duda una de las principales causas de la
vulnerabilidad de estas personas, y ahora, de la muerte de Rosenildo.
Según la CPT en 2016 hubo 1.079 conflictos por la tierra en el país, con
un aumento del 40% en comparación con 2015, cuando hubo 771. En estos
conflictos es claro – señala la nota - incluso la certeza de la
impunidad, la destrucción de los campamentos ilegales de los
trabajadores rurales o, en algunos casos, el asesinato. Pará es la zona
más popular de esta imagen negativa. Entre 1995 y 2010 se registraron
408 casos (aproximadamente el 35% de los incidentes de todo Brasil) con
61 víctimas, según la CPT. Sólo 15 casos han llegado a juicio, con 11
mandantes y 13 ejecutores condenados.
Pará es el mismo estado en el que la hermana Dorothy Stang, de la
Congregación de Notre Dame, una religiosa naturalizada brasileña nacida
en los EE.UU., murió en 2005 a manos de grupos armados organizados por
los fazendeiros. Durante décadas, la religiosa había trabajado junto a
los agricultores apoyando sus reivindicaciones.