Katmandú, NEPAL (Agencia Fides, 05/07/2017) – En unas circunstancias trágicas como un
terremoto, no falta la gracia de Dios. Es lo que ha sucedido en Nepal
donde, después del fuerte terremoto de 2015, se ha fortalecido la fe
entre el pueblo de Dios: “El terremoto ha sido horrible. Pero en la
tragedia nos hemos sentido unidos los unos a los otros, hemos rezado
constantemente, hemos puesto en marcha la solidaridad y hemos recibido
ayuda de varias partes del mundo. De esta forma, poco a poco, nos han
ayudado a reconstruir nuestras vidas y nuestra forma de subsistencia.
Hemos experimentado la resiliencia, la paciencia y el optimismo, la
esperanza y la valentía, incluso en esta experiencia dolorosa. Nuestra
fe ha salido fortalecida”, explica a Fides Uttara, católica del país.
“El terremoto no ha mermado el amor y la solidaridad de los cristianos y
de los no-cristianos. Nos ha impresionado recibir la ayuda de personas
de todo el mundo sin distinción de fe. Nos ha tocado mucho ver tanto
amor y compasión hacia nosotros en todas estas personas. Esto nos ha
ayudado a darnos cuenta de la misericordia de Dios en nuestra vida”,
asegura Babita, otra mujer cristiana, en declaraciones a Fides.
Muchos hombres y mujeres, cristianos nepalíes (los cristianos son solo
el 1,4% de la población. 8.000 son católicos entre unos 30 millones de
habitantes de mayoría hindú) expresan esta opinión y aseguran a Fides
que el terremoto ha contribuido a reforzar su fe en Dios y a
experimentar concretamente un espíritu de solidaridad. En la fase de
emergencia, asistencia y reconstrucción han cooperado las institucionies
civiles, el gobierno, las ONG, las entidades nacionales y comunidades
religiosas como la Iglesia católica a través de Cáritas.
Han pasado dos años de aquel 25 de abril de 2015, cuando un terremoto de
7.8 grados sacudió Nepal. Más de 8.500 personas murieron y más de medio
millón de casas resultaron destruidas. Además 5 millones de personas se
vieron afectadas. Es el desastre natural que más daño ha causado en el
país en toda su historia.
Entre las organizaciones católicas, Cáritas India y Nepal y Cáritas de
otros países occidentales contribuyeron a la recuperación del país con
la construcción de casas con sistemas antisísmicos y proyectos para la
ayuda y el desarrollo de las comunidades afectadas.
Dos años después de la catástrofe, muchas familias han sido instaladas
en casas nuevas, tal y como informa “Cafod” (Cáritas del Reino Unido),
que indica que “la respuesta humanitaria incluye la ayuda a las
contrapartes locales para organizar talleres de formación profesional
con personas de las zonas afectadas, de forma que puedan construir casas
más seguras que puedan soportar los terremotos”.
Según “Cafod”, las mujeres han sufrido de forma desproporcionada el
impacto del terremoto y, por ello, los proyectos educativos y
profesionales puestos en marcha representan para ellas "un lugar donde
anclar su esperanza”. También hay programas para reconstruir las
escuelas y de sistemas hídricos y agrícolas. Cáritas, junto a sus
colaboradores y organizaciones de otros países, continúa con su
compromiso en proyectos e iniciativas destinadas a restituir la dignidad
de las personas afectadas y ayudar a los supervivientes a reconstruir
un próspero futuro.