Lahore, PAKISTÁN (Agencia Fides, 30/11/2015) – Es urgente derogar la ley sobre la blasfemia en
Pakistán: es lo que se pide en un informe enviado a la Agencia Fides
por la “International Commission of Jurists”, una organización que
consta de más de 60 juristas eminentes de todo el mundo, con sede en
Ginebra. La organización ha criticado esta legislación definiéndola como
“cruel” por las sanciones que prevé, es decir la cadena perpetua o la
pena de muerte.
Los juristas han invitado al gobierno a “modificar la ley de forma
sustancial para que esté en consonancia con las normas internacionales
sobre libertad de expresión; libertad de pensamiento, de conciencia y de
religión”, señalando que es muy común en Pakistán, el abuso de esa ley,
que se utiliza para resolver conflictos privados, en los negocios o
propiedades. Según señala el texto, el juez Asif Saeed Khosa ha
declarado: “Es desagradable y no puede negarse que, en muchos casos
registrados por delito de blasfemia, en su base tienen denuncias falsas
por fines ajenos a la ley”
Según datos de la Comisión Nacional “Justicia y Paz”, 200 cristianos,
633 musulmanes, 494 ahmadíes y 21 hindúes han sido acusados de delitos
relacionados con la “blasfemia” desde 1987. Pero, dado que las minorías
religiosas representan un porcentaje muy pequeño de esta población a
mayoría musulmana, “el número de cristianos y miembros de otras minorías
religiosas acusados, es enormemente desproporcionado en relación con el
número de musulmanes acusados, aunque el número de musulmanes acusados
sea más alto en su conjunto”.
Examinando 25 casos de apelación presentados ante el Tribunal Superior
por blasfemia, la Corte Internacional de Justicia - señala el informe –
ha descubierto que en la mayoría de los casos (60%), quienes han
apelado han sido absueltos después de que los jueces hayan dictaminado
que los cargos presentado en su contra habían sido “fabricados o movidos
por razones personales o políticas”.
La Comisión de Juristas pide de inmediato la abolición de la pena de
muerte para los delitos de blasfemia y señala la necesidad urgente de
establecer con certeza la intención del infractor, antes de condenarlo.
Además también denuncia las ejecuciones extrajudiciales, que permanecen
impunes, de las cuales a menudo son víctimas los acusados de blasfemia,
aunque sean inocentes.