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El Pontífice ha destacado el importante papel, para restablecer la armonía y la
fraternidad entre todos, que han desempeñado las autoridades religiosas
cristianas y musulmanes en estos tiempos drámaticos, a las que ha
expresado su gratitud y estima. ''Podemos también recordar -ha dicho-
los numerosos gestos de solidaridad que cristianos y musulmanes han
tenido hacia sus compatriotas de otras confesiones religiosas,
acogiéndolos y defendiéndolos durante la última crisis en su país, pero
también en otras partes del mundo''.
''Confiamos
en que las próximas consultas nacionales den al país unos
Representantes que sepan unir a los centroafricanos, convirtiéndose en
símbolos de la unidad de la nación, más que en representantes de una
facción. Los animo vivamente a trabajar para que su país sea una casa
acogedora para todos sus hijos, sin distinción de etnia, adscripción
política o confesión religiosa. La República Centroafricana, situada en
el corazón de África, gracias a la colaboración de todos sus hijos,
podrá dar entonces un impulso en esta línea a todo el continente. Podrá
influir positivamente y ayudar a apagar los focos de tensión todavía
activos y que impiden a los africanos beneficiarse de ese desarrollo que
merecen y al que tienen derecho''.
Antes
de concluir les ha invitado a rezar y a trabajar ''en favor de la
reconciliación, la fraternidad y la solidaridad entre todos, teniendo
presente a las personas que más han sufrido por estos sucesos''.