CIUDAD DEL VATICANO, 30 de noviembre de 2015
(VIS).- Como es habitual con motivo de la festividad de San Andrés, Patrono del Patriarcado ecuménico de Constantinopla, una delegación de
la Santa Sede, presidida por el Cardenal Kurt Koch, Presidente del
Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos,
viajó a Estambul para unirse a esta celebración, que se conmemora tanto
en Oriente como en Occidente. El patriarcado envía todos los años una
delegación a Roma, el 29 de junio, festividad de los Santos Apóstoles
Pedro y Pablo. La delegación de la Santa Sede se ha entrevistado también
con la comisión sinodal encargada de las relaciones con la Iglesia
Católica y ha entregado al Patriarca Bartolomé I un mensaje del Santo
Padre que se ha leído al final de la Divina Liturgia.
En
el texto, FRANCISCO recuerda especialmente el quincuagésimo aniversario
de la Declaración común católico-ortodoxa del Papa Pablo VI y el
Patriarca Ecuménico Atenágoras I, (7 de diciembre de 1965) que
manifestaba la decisión de eliminar las mutuas excomuniones de 1054.
''La memoria de las frases recíprocas de excomunión, junto con las
palabras ofensivas, reproches infundados y gestos reprobables por ambas
partes que acompañaron los tristes acontecimientos de aquel período,
representaron durante muchos siglos un obstáculo para el acercamiento en
la caridad entre católicos y ortodoxos- escribe el Papa- Atentos a la
voluntad de nuestro Señor Jesucristo, que rezó al Padre en la víspera de
su pasión para que sus discípulos "fuesen uno ", el Papa Pablo VI y el
Patriarca Atenágoras I consignaron esos recuerdos dolorosos al olvido.
Desde entonces, la lógica del antagonismo, la desconfianza y la
hostilidad, simbolizada por las excomuniones mutuas, fue sustituida por
la lógica del amor y de la fraternidad, representada por nuestro abrazo
fraterno''.
''Con
el fin de avanzar en nuestro camino hacia la plena comunión que
deseamos, necesitamos inspirarnos continuamente en el gesto de
reconciliación y de paz de nuestros venerados predecesores Pablo VI y
Atenágoras I. En todos los niveles y en todos los contextos de la vida
de la Iglesia, las relaciones entre católicos y ortodoxos deben reflejar
cada vez más la lógica del amor que no deja lugar para el espíritu de
rivalidad''.
''La
humanidad debe redescubrir el misterio de la misericordia, "el puente
que conecta a Dios y el hombre, abriendo nuestros corazones a la
esperanza de ser amados por siempre a pesar de nuestros pecados"
-prosigue el Papa- Por esa razón he convocado un Jubileo extraordinario
de la Misericordia, un tiempo propicio para contemplar la misericordia
del Padre revelado plenamente en su Hijo, Jesucristo, y llegar a ser
nosotros mismos un signo eficaz del amor de Dios por medio de perdón
mutuo y de las obras de misericordia. Es providencial que el aniversario
de esa histórica Declaración Conjunta entre católicos y ortodoxos,
relativa a la eliminación de las excomuniones de 1054, se conmemore en
vísperas del Año de la Misericordia. Después del Papa Pablo VI y del
Patriarca Atenágoras I, hoy católicos y ortodoxos deben pedir perdón a
Dios y entre sí por las divisiones que los cristianos han provocado en
el Cuerpo de Cristo. Le pido, al igual que a todos los fieles del
Patriarcado Ecuménico que rece para que este Jubileo Extraordinario
puede dar los frutos espirituales que anhelamos. Y les aseguro mis
oraciones por los acontecimientos que su Iglesia celebrará el próximo
año, sobre todo el Gran Sínodo Pan-ortodoxo. ¡Que esta importante
ocasión para todas las Iglesias ortodoxas sea fuente de abundantes
bendiciones para la vida de la Iglesia!'', concluye el Santo Padre.