Nairobi, KENIA, 27 de noviembre de 2015
(VIS).- Ayer la jornada del Papa FRANCISCO concluyó con su visita ala Oficina de
las Naciones Unidas en Nairobi (UNON), cuarter general de la ONU en
Africa, instituido por la Asamblea General en 1996. La sede alberga
también las oficinas de dos programas de la ONU, la UNEP (United Nations
Environment Programme) y el UN-Habitat (United Nations Human Settlement
Programme). En Nairobi se encuentran también las oficinas regionales
para África de una veintena de organismos internacionales y de la ONU
A
su llegada, el Papa fue acogido por la Directora General de la UNON
Sahle Work Zewde, del Director Ejecutivo del UNEP Achim Steiner y del
Director Ejecutivo del Un-Habitat Joan Clos. Después, acompañado por la
Directora General, fue invitado a plantar un árbol en el parque del ONUN
un acto, como subrayó posteriormente FRANCISCO, cargado de significado
en tantas culturas, tras lo cual entró en el nuevo edificio de la UNEP,
donde ante unas 3,000 personas pronunció un discurso, en el que abordó
entre otras la cuestión del cambio climático manifestando el deseo de
que la COP 21 concluya con un acuerdo global y ''transformador'' basado
en los principios de solidaridad, justicia, equidad y participación, y
orientando a la consecución de tres objetivos, a la vez complejos e
interdependientes: el alivio del impacto del cambio climático, la lucha
contra la pobreza y el respeto de la dignidad humana. También hablo el
Santo Padre, en vista de la inminente 10ª Conferencia Ministerial de la
Organización Mundial del Comercio que se celebrará en Nairobi, de los
acuerdos sobre la propiedad intelectual y el acceso a las medicinas y
cuidados esenciales de la salud y no olvidó mencionar los tráficos
ilegales, desde el de animales al de piedras preciosas que crecen en un
ambiente de pobreza y que, a su vez alimentan la pobreza y la exclusión.
Siguen amplios extractos del discurso:
''Plantar
un árbol es, en primera instancia, una invitación a seguir luchando
contra fenómenos como la deforestación y la desertificación... A su vez,
plantar un árbol nos provoca a seguir confiando, esperando y
especialmente comprometiendo nuestras manos para revertir todas las
situaciones de injusticia y deterioro que hoy padecemos....Dentro de
pocos días comenzará en París un importante encuentro sobre el cambio
climático, donde la comunidad internacional como tal, se enfrentará de
nuevo a esta problemática. Sería triste y me atrevo a decir, hasta
catastrófico, que los intereses particulares prevalezcan sobre el bien
común y lleven a manipular la información para proteger sus propios
proyectos''.
''La
COP21 es un paso importante en el proceso de desarrollo de un nuevo
sistema energético, que dependa al mínimo de los combustibles fósiles,
busque la eficiencia energética y se estructure con el uso de energía
con bajo o nulo contenido de carbono.
Estamos ante el gran compromiso
político y económico de replantear y corregir las disfunciones y
distorsiones del actual modelo de desarrollo... Por eso, espero que la
COP21 lleve a concluir un acuerdo global y ''transformador'' basado en
los principios de solidaridad, justicia, equidad y participación, y
orientando a la consecución de tres objetivos, a la vez complejos e
interdependientes: el alivio del impacto del cambio climático, la lucha
contra la pobreza y el respeto de la dignidad humana''.
''A
pesar de muchas dificultades, se está afirmando la ''tendencia a
concebir el planeta como patria y la humanidad como pueblo que habita
una casa de todos'' . Ningún país ''puede actuar al margen de una
responsabilidad común. Si realmente queremos un cambio positivo, tenemos
que asumir humildemente nuestra interdependencia''. El problema surge
cuando creemos que interdependencia es sinónimo de imposición o sumisión
de unos en función de los intereses de los otros. Del más débil en
función del más fuerte. Es necesario un diálogo sincero y abierto, con
la cooperación responsable de todos: autoridades políticas, comunidad
científica, empresas y sociedad civil''.
''Somos
conscientes, sin embargo, de que los ''seres humanos, capaces de
degradarse hasta el extremo, también pueden sobreponerse, volver a optar
por el bien y regenerarse''. Esta toma de conciencia profunda nos lleva
a esperar que, si la humanidad del período post-industrial podría ser
recordada como una de las más irresponsables de la historia, la
humanidad de comienzos del siglo XXI sea recordada por haber asumido con
generosidad sus graves responsabilidades''.
''El
cambio de rumbo que necesitamos no es posible realizarlo sin un
compromiso sustancial por la educación y la formación. Nada será posible
si las soluciones políticas y técnicas no van acompañadas de un proceso
de educación que promueva nuevos estilos de vida.... Esto exige una
formación destinada a fomentar en niños y niñas, mujeres y hombres,
jóvenes y adultos, la asunción de una cultura del cuidado...en lugar de
la cultura de la degradación y del descarte. Descarte de sí, del otro,
descarte del ambiente. La promoción de la 'conciencia de un origen
común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos nos
permitirá el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de
vida....Debemos cuidarnos de un triste signo de la ''globalización de la
indiferencia, que nos va “acostumbrando” lentamente al sufrimiento de
los otros, como si fuera algo normal'' o peor aún, a resignarnos ante
las formas extremas y escandalosas de “descarte” y de exclusión social,
como son las nuevas formas de esclavitud, el tráfico de personas, el
trabajo forzado, la prostitución, el tráfico de órganos. ''Es trágico el
aumento de los migrantes huyendo de la miseria empeorada por la
degradación ambiental, que no son reconocidos como refugiados en las
convenciones internacionales y llevan el peso de sus vidas abandonadas
sin protección normativa alguna''.
''En
paralelo al descuido del ambiente, desde hace tiempo somos testigos de
un rápido proceso de urbanización, que por desgracia conduce con
frecuencia a un ''crecimiento desmedido y desordenado de muchas ciudades
que ... son también lugares donde se difunden síntomas preocupantes de
una trágica rotura de los vínculos de integración y de comunión social,
que lleva al ''crecimiento de la violencia y al surgimiento de nuevas
formas de agresividad social... a la pérdida de identidad'' , al
desarraigo''.
''Quiero
expresar mi aliento a cuantos, a nivel local e internacional, trabajan
para asegurar que el proceso de urbanización se convierta en un
instrumento eficaz para el desarrollo y la integración, a fin de
garantizar a todos, y en especial a las personas que viven en barrios
marginales, condiciones de vida dignas, garantizando los derechos
básicos a la tierra, al techo y al trabajo.... La futura Conferencia
Hábitat-III, prevista en Quito para octubre de 2016, podría ser un
momento importante para identificar maneras de responder a estas
problemáticas''.
''Dentro
de pocos días, esta ciudad de Nairobi, será sede de la 10ª Conferencia
Ministerial de la Organización Mundial del Comercio..... Aun
reconociendo lo mucho que se ha trabajado en esta materia, parece que no
se ha llegado todavía a un sistema comercial internacional equitativo y
totalmente al servicio de la lucha contra la pobreza y la exclusión.
Las relaciones comerciales entre los Estados, parte indispensable de las
relaciones entre los pueblos, pueden servir tanto para dañar el
ambiente como para recuperarlo y asegurarlo para las generaciones
futuras''.
''En
particular, quiero unirme a las preocupaciones de tantas realidades
comprometidas en la cooperación al desarrollo y en la asistencia
sanitaria –entre ellos las congregaciones religiosas que asisten a los
más pobres y excluidos–, acerca de los acuerdos sobre la propiedad
intelectual y el acceso a las medicinas y cuidados esenciales de la
salud. Los Tratados de libre comercio regionales sobre la protección de
la propiedad intelectual, en particular en materia farmacéutica y de
biotecnología, no sólo no deben limitar las facultades ya otorgadas a
los Estados por los acuerdos multilaterales, sino que, al contrario,
deberían ser un instrumento para asegurar un mínimo de atención
sanitaria y de acceso a los remedios básicos para todos. Las discusiones
multilaterales, a su vez, deben dar a los países más pobres el tiempo,
la elasticidad y las excepciones necesarias para una adecuación ordenada
y no traumática a las normas comerciales. La interdependencia y la
integración de las economías no debe suponer el más mínimo detrimento de
los sistemas de salud y de protección social existentes; al contrario,
deben favorecer su creación y funcionamiento. Algunos temas sanitarios,
como la eliminación de la malaria y la tuberculosis, la cura de las
llamadas enfermedades ''huérfanas'' y los sectores de la medicina
tropical desatendidos, reclaman una atención política primaria, por
encima de cualquier otro interés comercial o político''.
''África
ofrece al mundo una belleza y una riqueza natural que nos lleva a
alabar al Creador. Este patrimonio africano y de toda la humanidad sufre
un constante riesgo de destrucción, causado por egoísmos humanos de
todo tipo y por el abuso de situaciones de pobreza y exclusión. En el
contexto de las relaciones económicas entre los Estados y los pueblos no
se puede dejar de hablar de los tráficos ilegales que crecen en un
ambiente de pobreza y que, a su vez alimentan la pobreza y la exclusión.
El comercio ilegal de diamantes y piedras preciosas, de metales raros o
de alto valor estratégico, de maderas y material biológico, y de
productos animales, como el caso del tráfico de marfil y la consecuente
matanza de elefantes, alimenta la inestabilidad política, alimenta el
crimen organizado y el terrorismo. También esta situación es un grito de
los hombres y de la tierra que tiene que ser escuchado por la Comunidad
Internacional''.
''Renuevo
una vez más el apoyo de la Comunidad Católica, y el mío de seguir
rezando y colaborando para que los frutos de la cooperación regional que
se expresan hoy en la Unión Africana y en los muchos acuerdos africanos
de comercio, cooperación y desarrollo sean vividos con vigor y teniendo
siempre en cuenta el bien común de los hijos de esta tierra''.