miércoles, 18 de noviembre de 2015

En la Audiencia General el Papa FRANCISCO continúa su catequesis sobre la familia

CIUDAD DEL VATICANO ( - Noviembre 18 de 2015).  La Audiencia General de esta mañana se desarrolló a las 10.00 horas en la Plaza de San Pedro, donde el Papa FRANCISCO se encontró con fieles y peregrinos provenientes de Italia y de todas partes del mundo.

En el discurso en lengua italiana, el Santo Padre continuó con la catequesis sobre la familia, en esta ocasión centró su meditación sobre la dimensión de la acogida a la inminente apertura de la Puerta Santa del Jubileo de la Misericordia (Gv 10,9.10b).

Posteriormente saludó a los fieles en francés, inglés, alemán, español, portugués, árabe y polaco.

Estas fueron sus palabras en castellano:

"Queridos hermanos y hermanas:
 

En el umbral del Año de la Misericordia, quiero reflexionar hoy sobre el sentido de la puerta santa. Una puerta que se abre en la Iglesia para salir al encuentro de aquellos que por tantas razones se encuentran lejos. También las familias están invitadas a abrir sus puertas para salir al encuentro de Jesús que nos espera paciente, y que quiere traernos su bendición y su amistad. Una Iglesia que no fuera hospitalaria o una familia cerrada en sí misma sería una realidad terrible, que mortifica el Evangelio y hace más árido el mundo.
 

La puerta abierta nos habla de confianza, de hospitalidad, de acogida. La puerta es para proteger, no para rechazar, y además no puede ser forzada, porque la hospitalidad brilla por la libertad de la acogida. Jesús siempre llama, siempre pide permiso. Al mismo tiempo, la puerta debe abrirse frecuentemente, aunque sólo sea para ver si hay alguien que espera y que no tiene el valor ni la fuerza de llamar.
 

En el evangelio de san Juan, Jesús se compara con la puerta del redil, en el que encontramos seguridad. Jesús, una puerta por la que podemos entrar y salir sin temor. La Iglesia debe colaborar con Cristo como el guardián del que habla el evangelio, escuchando la voz del Pastor y dejando entrar a todas las ovejas que Él trae consigo.
 
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Pidamos a la Sagrada Familia, que supo lo que significa encontrar una puerta cerrada, que ayude a los hogares cristianos a ser un signo elocuente de la Puerta de la Misericordia, que se abre al Señor que llama y al hermano que viene. Que Dios los bendiga".

Antes de terminar pronunció un llamamiento en ocasión de la Jornada Mundial de los derechos de la infancia que se celebra mañana e invitó a rezar una oración por el don de las vocaciones monásticas en la vida de la iglesia.

"Mañana se celebra la Jornada mundial de los derechos de la infancia. Es un deber de todos proteger a los niños y anteponer a cualquier otro criterio su bien, para que nunca más sean sometidos a formas de servidumbre y maltrato y otras formas de explotación. Espero que la Comunidad internacional pueda vigilar atentamente las condiciones de vida de los niños, especialmente cuando estén expuestos a ser reclutados por parte de grupos armados; así como poder ayudar a las familias para garantizar a cada niño y niña el derecho a la escuela y a la educación.

El 21 de noviembre, entonces, la Iglesia recuerda la Presentación de María Santísima al Templo. En tal circunstancia agradezco al Señor por el don de la vocación de los hombres y de las mujeres que, en los monasterios, en las ermitas, han dedicado su vida a Dios. De modo que la comunidad de clausura pueda cumplir con su importante misión, en la oración y en el silencio activo, no se pierda nuestra cercanía espiritual y material".

La Audiencia General concluyó con el canto del Pater Noster y la Bendición Apostólica impartida por el Papa.