Confirman la victoria de la Liga Nacional para la Democracia

Yangon, MYAMAR (Agencia Fides, 17/11/2015) - En las primeras elecciones libres después de 25 años, la Liga Nacional para la Democracia (Lnd), dirigida por el Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, ha obtenido la mayoría absoluta de los escaños: en la cámara baja la victoria de la Liga es muy clara y, con 255 escaños, significa casi dos tercios de la Asamblea (440 escaños en total). Los militares tienen 110 escaños garantizados por la Constitución. Los dos partidos étnicos Shan y Arakan (12 escaños cada uno) son los dos únicos con una representación sustancial mientras que los otros partidos étnicos (comunidades que no sean las birmanas, representan alrededor de la mitad de los 50 millones de habitantes de Myanmar) son estables.
 
La Liga parece tener en mente el confiar una de las dos vicepresidencias (son votadas por la cámara alta y la baja) al representante de un partido étnico. Aung San Suu Kyi podrá ser el primer ministro del nuevo gobierno, pero no podrá ocupar el puesto de presidente que, según las previsiones, irá a un miembro de la Liga. Según los observadores, los ministerios clave (defensa, economía) permanecerán en manos de los militares. Debido a las posibles alianzas con grupos más pequeños, el partido de Aung San Suu Kyi también podría tratar de cambiar la Constitución, que actualmente le impide convertirse en presidente.
 
Todavía sigue abierta la cuestión de las minorías étnicas que, después de décadas de conflicto civil, deben integrarse en el tejido social y político. De hecho, a nivel étnico, el grupo predominante es el birmano, que también gobierna la “Liga Nacional para la Democracia”. Mientras que hay grupos como los musulmanes rohingya que no tienen ningún tipo de representación y ni siquiera han podido votar, aunque ahora se abre al gobierno el tema de las negociaciones con las minorías étnicas y sus formaciones armadas, contra las que hasta ahora han combatido. Desde el pasado octubre se ha producido un alto el fuego general, pero, como señalan los observadores, la reconciliación nacional sigue siendo un reto y un camino sinuoso lleno de obstáculos.