Yangon, MYANMAR (Agencia Fides, 24/11/2015) – “A pesar de las buenas noticias sobre las
elecciones, Myanmar necesita de la misericordia y la compasión. Mientras
escribo esta carta pastoral, más de un centenar de personas pobres han
quedado enterrados vivos en el derrumbe de la minas Jade. Después de
cinco décadas de guerra, de pobreza y de migración, nuestro país
necesita misericordia para quienes han sufrido y para los que han
causado esos sufrimientos. Los cristianos pueden ayudar a curar esta
nación a través de la misericordia”: lo afirma el cardenal Chermes Maung
Bo, Arzobispo de Yangon, en una carta pastoral que presenta el Año
Jubilar a la comunidad de birmanos católicos.
En el texto de la carta, enviada a la Agencia Fides, el Cardenal Bo
recuerda el tema propuesto por el Papa “Sed misericordiosos como vuestro
Padre celestial es misericordioso” (Lc 6:36) y explica que el tema de
la misericordia será planteado en Myanmar a nivel personal y
comunitario. A nivel personal, disfrutando del perdón de Dios en el
sacramento de la reconciliación y practicando el perdón hacia los demás.
“Necesitamos limpiarnos del pecado de juzgar a los demás. Necesitamos
desarrollar una actitud de comprensión”, observa, apreciando la
tradición budista de la “misericordia y la compasión” (“mitta y
karuna”).
A nivel eclesial, “las iglesias birmanas pueden convertirse en islas de
misericordia en medio del mar de la indiferencia”, espera el arzobispo, y
señala que “en un país de enorme riqueza, millones son pobres, hay
millones de desplazados, millones están fuera del país”.
Así que “la
justicia, hermana de la misericordia, ha sido mutilada” señala. Ahora
que Myanmar está “en el umbral de la esperanza - continúa - buscamos la
misericordia, el perdón y la reconciliación incluso con los hombres más
malvados que han perpetrado estos crímenes” exhorta el cardenal Bo
invitado a practicar las obras espirituales y corporales de misericordia
en la sociedad birmana, especialmente para con las víctimas de las
guerras y la violencia. “Mientras Myanmar después de las elecciones va
en busca de justicia, paz y desarrollo humano, los cristianos estamos
llamados a renovar nuestra vida espiritual a través de la misericordia y
a contribuir a la construcción de la nación, llegando a ser mensajeros
de paz para un pueblo que ha sufrido tanto” concluye el texto.