lunes, 5 de diciembre de 2016

Ángelus del Papa FRANCISCO: "El reino de Dios ya está entre nosotros"

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 4 de diciembre de 2016).-  El significado del Reino de Dios, al que Juan Bautista invita a convertirse, ha sido el tema elegido por el Papa  FRANCISCO para su habitual reflexión antes del Ángelus dominical.  Con las mismas palabras del Bautista ,“Convertíos, porque el Reino de los Cielos está cerca”, Jesús comienza su misión en Galilea y esas mismas palabras serán el anuncio que llevarán los discípulos en su primera experiencia misionera


“Son  palabras muy importantes –explicó el Papa a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro- : el reino de Dios está en medio de vosotros dice Jesús. Y Juan anuncia lo que Jesús dirá después: El reino de Dios ha venido, ha llegado, está en medio de vosotros. Este es el mensaje central de toda misión cristiana. Cuando un misionero, un cristiano va a anunciar a Jesús, no va a hacer proselitismo como si fuese un hincha que busca más seguidores  para su equipo, no.  Va a anunciar, sencillamente "el reino de Dios está en medio de vosotros". Y así el misionero prepara el camino a Jesús que encuentra a su pueblo”.


“Pero, ¿qué es este reino de Dios, éste reino de los cielos? Son sinónimos –dijo el Santo Padre-  Nosotros pensamos inmediatamente en algo que tiene que ver con el más allá: la vida eterna. Sí,  es verdad, el reino de Dios se extenderá sin fin,  más allá de la vida terrena, pero la buena noticia que Jesús nos trae - y que Juan anticipa - es que no debemos esperar el reino de Dios en el futuro: se ha acercado, de alguna manera ya está presente y podemos experimentar desde ahora su potencia espiritual. “El reino de Dios está en medio de vosotros, dirá Jesús”. Dios viene a establecer su señorío en nuestra historia, en el hoy de cada día, en nuestra vida; y allí donde sea aceptado con fe y humildad, germinarán el amor, la alegría y la paz”.


La condición para entrar en este reino y formar parte de él es “hacer un cambio en  nuestra vida, es decir, convertirnos. Convertirnos cada día, un paso adelante cada día. Es dejar los caminos cómodos pero engañosos  de los ídolos de este mundo: del éxito a toda costa, del poder a expensas de los débiles, de la sed de riquezas, del placer a cualquier precio. Y abrir, en cambio, el camino al Señor que viene, que  no nos quita nuestra libertad, sino que nos  da la verdadera felicidad. Con el nacimiento de Jesús en Belén, es Dios mismo el que viene a  habitar entre nosotros  para liberarnos del egoísmo, del pecado y de la corrupción,  de estas actitudes, que son del diablo: buscar el éxito a toda costa, buscar el poder a expensas de los débiles, tener  sed de riquezas y buscar el placer a cualquier precio”.


“Navidad es un día de gran alegría, también exterior –observó el Papa-  pero es sobre todo un evento religioso para el que se necesita una preparación espiritual. En este tiempo de Adviento, dejémonos guiar por la exhortación del Bautista: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos». Nosotros preparamos el camino del Señor y allanamos sus senderos, cuando examinamos nuestra conciencia, cuando escrutamos nuestras actitudes, para ahuyentar  estas actitudes pecaminosas que he mencionado, que no son de Dios: el éxito a toda costa, buscar el poder a expensas de los débiles, tener sed de riquezas y buscar el placer a cualquier precio”.


“¡Que la Virgen María nos ayude a preparar el encuentro con este Amor siempre más grande que es el que trae Jesús y que en la víspera de Navidad se hizo pequeño, pequeño como una semilla caída en la tierra! Jesús es esta semilla: la semilla del Reino de Dios”, terminó.


Después de rezar el Ángelus, el Papa saludó en particular a los fieles españoles de Córdoba, Jaén y Valencia, en España, a los croatas de Split y Makarska y de dos parroquias  romanas, deseando a todos un buen domingo, un buen camino de Adviento, “este preparar el camino del Señor, convertirse cada día”.


También recordó que el  jueves, 8 de diciembre,  es la fiesta de la Inmaculada Concepción e invitó a todos a pedir en estos días su intercesión maternal, para “la conversión de los corazones y el don de la paz”.


“Por favor, no os olvidéis  de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta el jueves”, se despidió.