Maiduguri, NIGERIA (Agencia Fides, 07/12/2016) - La crisis en el estado de Borno ha alcanzado
niveles alarmantes, con al menos 500.000 personas desplazadas o
aisladas en enclaves fuera de la capital, Maiduguri. Se ven privados de
cualquier medio de supervivencia, los agricultores ya no pueden trabajar
la tierra, las rutas comerciales en las zonas controladas por Boko
Haram han sido cerradas y los mercados están vacíos. El pasado mes de
junio, el gobierno de Nigeria finalmente declaró la emergencia
nutricional en el estado, reconociendo la importancia de esta crisis
humanitaria. Pero la gente sigue muriendo de hambre.
Los niños menores de cinco años prácticamente han desaparecido. La falta
de alimentos ha dado lugar a una tasa de malnutrición sin precedentes y
los niveles de mortalidad van más allá del umbral de emergencia. La
alarma ha sido lanzada por Médicos Sin Fronteras después de la reciente
visita al país del presidente internacional de la ONG, que pide un
aumento urgente y masivo de las intervenciones humanitarias para
garantizar a las personas los alimentos y la atención médica que
necesitan.
En el comunicado enviado a la Agencia Fides se lee que en dos de los 11
campos de refugiados de la ciudad de Maiduguri, desde mayo a octubre, el
50% de los niños menores de 5 años sufren de desnutrición aguda. Al
mismo tiempo, las tasas de mortalidad infantil son muy altas: cada día
mueren 5 niños de los 10 mil en el campo de Muna Garaje y 8 de cada 10
mil en Custom House, respectivamente 2,5 y 4 veces el umbral de
emergencia. En cuanto a las vacunaciones, sólo el 50% de los niños de
entre 9 meses y 5 años ha recibido una cobertura contra el sarampión en
Custom House y menos del 30% en Muna Garage.