Caracas, VENEZUELA (Agencia Fides, 17/03/2017) - Muchos niños de los barrios pobres de
Venezuela sufren por la inseguridad, los conflictos y las dificultades
económicas, todo ello agravado por la inflación que está afectando al
país.
Viven en casas llenas de gente, encaramadas en las colinas, a dónde
llegan a través de escaleras empinadas. Se ven involucrados en bandas
que venden drogas, secuestran, roban y matan según mandato; estos
menores de barrios como Antímano, San Agustín o Petare, donde vive la mitad de los 3,2 millones de habitantes de la capital,
sufren el estigma de la violencia, en una sociedad dividida por un
abismo social. Gracias a la iniciativa de un artista inglés, que vive en
Venezuela desde hace más de 30 años, un grupo de unos 600 alumnos de
siete escuelas secundarias de Antímano y San Agustín, han bajado de la
montaña esquivando camiones, motocicletas, vendedores ambulantes,
apropiándose de las calles públicas para pintar en la prestigiosa
Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
El artista ve el arte como una herramienta contra la exclusión. Muchos
niños y adolescentes de los barrios en los que el grupo ha trabajado,
eran considerados terribles. Ahora algunos van a la universidad. “Estos
talleres ofrecen a los niños una visión diferente de la violencia
cotidiana que se vive en su vecindario. Conocer otro mundo les ayuda a
soñar con un futuro mejor”, afirma un maestro que participa en el
programa. Venezuela es uno de los países más violentos del mundo, tiene
una tasa de 91,8 homicidios por cada 100 mil habitantes, diez veces
mayor que el promedio mundial. De 28,479 muertes violentas, 9.967 eran
menores de 21 años y 854 eran menores de 15, según los datos de la Ong
Observatorio Venezolano de Violencia.