La Paz, BOLIVIA (Agencia Fides,
15/03/2017) – La Conferencia Episcopal de Bolivia es
contraria al proyecto de ley del Parlamento que establecen diversas
causas que justifican el aborto, entre las cuales se incluye la pobreza
extrema. “La propuesta distorsiona el sistema penal introduciendo la
pobreza como razón de impunidad para delitos como el infanticidio y la
eutanasia, como si ser pobre fuese justificativo suficiente para violar
cualquier ley”, dicen los obispos en un comunicado enviado a la Agencia
Fides.
La reforma, que forma parte del proyecto del nuevo Código del Sistema
Penal del país, que está estudiando la Comisión de Justicia Plural de la
Cámara de Diputados, en el artículo 157 prevé la practica del aborto
durante las primeras ocho semanas de embarazo, una sola vez, si la mujer
se encuentra en situación de calle o pobreza extrema y no tiene
recursos suficientes para la manutención propia o de su familia. También
plantea que puede aceptarse el aborto si la mujer es madre de tres o
más hijos y no cuenta con recursos suficientes para su manutención o es
estudiante.
Además, el proyecto propone que la interrupción pueda hacerse en
cualquier etapa de la gestión cuando sea necesario prevenir un riesgo
presente o futuro para la vida o para la salud integral de la
embarazada, y cuando se detecten malformaciones fetales incompatibles
con la vida. Actualmente, el aborto requiere permiso judicial para todos
los casos, salvo cuando el embarazo resulta de una violación, incesto o
estupro y cuando esté en riesgo la vida y salud de la madre.
Las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres en Bolivia,
que es uno de los países en la región con mayor violencia sexual,
calculan que a diario se realizan 185 abortos ilegales. La Iglesia
católica ha afirmado que la interrupción del embarazo “violenta el
cuerpo de la mujer, dejando graves secuelas en la psicología
femenina,muchas veces irreparables”. “El Estado está obligado a crear
políticas públicas orientadas a mejorar la vida de las personas y
políticas educativas de apoyo a la mujer embarazada y de prevención de
la violencia” declaran los obispos.