Durante las conversaciones cordiales la atención se dirigió a las buenas relaciones bilaterales entre la Santa Sede y el Líbano, subrayando el papel histórico e institucional de la Iglesia en la vida del país. A continuación, se expresó satisfacción por el compromiso de las distintas fuerzas políticas para poner fin a la vacante presidencial manifestando el deseo de que en futuro sea cada vez más provechosa la colaboración entre los miembros de las diversas comunidades étnicas y religiosas de cara al bien común y al desarrollo de la nación.
Más adelante en la conversación, se hizo referencia a Siria, con especial atención a los esfuerzos internacionales para lograr una solución política al conflicto. También se reiteró el aprecio por la acogida que el Líbano presta a los numerosos refugiados sirios. Por último, hubo un amplio intercambio de puntos de vista sobre el contexto regional, mencionando los otros conflictos en curso y la situación de los cristianos en el Medio Oriente.