Beirut, LÍBANO (Agencia Fides, 06/07/2017) – La proliferación de las armas privadas entre
los civiles preocupa a los obispos maronitas que han pedido a las
autoridades libanesas que tomen medidas eficaces, sin garantizar ninguna
tolerancia o “cobertura” política a un fenómeno que representa un
factor de riesgo objetivo para la convivencia pacífica del país de los
cedros. Los obispos maronitas han expresado su inquietud por la difusión
sin control de armas entre los civiles. Ha sido durante la reunión
mensual que celebraron el 5 de julio en la sede patriarcal de Bkerkè,
bajo la presidencia del Patriarca Bechara Boutros Rai.
Este fenómeno, -indica el comunicado difundido después del encuentro-,
está relacionado también con el aumento de la criminalidad, dato
alarmante para una sociedad que parece haber perdido “el freno moral y
legal”. En el comunicado final, recogido por la Agencia Fides, los
obispos denuncian también el aumento desenfrenado de la corrupción y, al
mismo tiempo, reconocen los esfuerzos del presidente Michel Aoun por
infundiar “un nuevo impulso al país a nivel gubernamental”.
El miércoles 5 de julio, el tema de la difunsión de las armas entre los
civiles y, sobre todo, entre los refugiados sirios fue el centro de
acaloradas discusiones en el seno del equipo de gobierno. En días
anteriores se liberó a muchos de los 80 detenidos recientemente por
haber disparado armas de fuego durante distintas fiestas y
celebraciones. Respecto a esto, el ministro del Interior Nouhad Machnouk.
indicó que las excarcelaciones se produjeron por “presiones políticas”,
provocando la reacción enérgica del ministro de Justicia Salim
Jreissati.
Lo que más preocupa a la sociedad libanesa es la presencia de armas de
fuego dentro de los campos de refugiados sirios. El viernes pasado, el
ejército libanés realizó una serie de operaciones en los campos de Nour y
al Qariya, en la región de Ersal, en la frontera con Siria, donde hay
varios grupos yihadistas. Durante las operaciones del ejército, según lo
que han revelado las fuerzas armadas, fueron arrestadas unas 300
personas y se registró un ataque contra los soldados libaneses
perpetrado por cinco kamikazes que se explotaron hiriendo a siete
militares y provocando la muerte de una niña.