Bujumbura, BURUNDI (Agencia Fides, 06/12/2016) - “Apreciamos las medidas adoptadas y damos
las gracias a los que han contribuido” afirman los Obispos de Burundi en
su carta pastoral publicada con motivo de la clausura del Año Santo de
la Misericordia. “En la apertura del Año Jubilar expresamos nuestra
esperanza de que este año constituyese una oportunidad para la
reconciliación en Burundi, para que los contendientes se sentasen, se
dijesen la verdad en un diálogo franco que permitiese resolver los
problemas del país, de modo que todos los habitantes del país pudiesen
vivir en paz y seguridad” explica el mensaje que ha llegado a la Agencia
Fides.
“Todavía hay muchos hermanos y hermanas que están refugiados fuera del
país”, recuerdan los obispos. “A pesar de que han escuchado nuestro
llamamiento no se atreven a volver porque no se sienten seguros. ¿Hay
algo que corregir para que se sienten seguros?”, subraya el mensaje.
Los obispos lamentan que los que han permanecido en el país todavía
“desconfían los unos de los otros, parece que se espían recíprocamente,
tienen miedo de decir la verdad en voz alta, ya no se confía en el
vecino, justo cuando es el momento de decir la verdad y aceptar la
verdad que salva y reconcilia”.
La crisis política de Burundi se remonta a abril de 2015, cuando el
presidente Pierre Nkurunziza anunció la decisión de volver a presentarse
para un tercer mandato, en violación de la Constitución y de los
Acuerdos de Paz de Arusha. La reelección de Nkurunziza, en julio de ese
año, ha agravado la situación con homicidios y desapariciones de
personas vinculadas a la oposición y la aparición de grupos guerrilleros
contra Nkurunziza. La violencia ha causado hasta el momento 500
muertos, empujando a huir a los países vecinos alrededor de 300.000
personas.