Chenalho, MÉXICO (Agencia Fides, 06/03/2017) – Han pasado 12 días desde que los partidarios
de la alcaldesa Rosa Pérez Pérez tomaron la sede del ayuntamiento de
Chenalhó (Chiapas, México), y la zona vive un clima de inseguridad,
inestabilidad y constantes rumores de choques entre grupos contrarios,
hasta el punto que en 60 comunidades, de 110, se han tenido que
suspender las clases. Las autoridades comunitarias, en asamblea, han
determinado que a partir de hoy se suspenden las clases en los niveles
de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato. Los comités de
educación, comisariados y agentes municipales han tomado esta decisión
tras verificar la posibilidad real de que se produzcan enfrentamientos
armados en la zona.
El año pasado Rosa Pérez Pérez había ganado las elecciones municipales,
pero su predecesor no había querido abandonar el puesto a pesar de que
el tribunal electoral había emitido una declaración oficial. De modo que
el 22 de febrero, 300 miembros del partido de la nueva alcaldesa
entraron por la fuerza para tomar la sede de la municipalidad. Como
resultado de ello fue asesinado el maestro de música de la Casa de la
Cultura, Johnny Orlando Vásquez Ruiz, y 16 indígenas resultaron heridos.
Pese a que la alcaldía está en poder de miembros del Partido Verde
Ecologista de México, las comunidades (sobre todo las rurales) rechazan a
Rosa Pérez Pérez como alcaldesa. Se han producido enfrentamientos que
no han sido denunciados a la policía y, según la prensa local, se oyen
disparos de armas de fuego durante la noche.
Su Exc. Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de la diócesis de San
Cristóbal de Las Casas, Chiapas, ha dicho que "en la zona se vive un
clima de inestabilidad y hay acusaciones de unos y otros grupos; no se
ve claro por dónde puede llegar la solución”. "Ciertamente es complicado
que la presidenta Rosa Pérez regrese, aunque muchos de sus partidarios
lo piden" ha añadido el obispo, invitando “a los gobiernos municipal y
estatal a que busquen caminos de solución”.
“El sistema de partidos ha contaminado a las poblaciones indígenas y las
ha dividido. La elección ya no es un consenso de la mayoría, sino que
se hace con el recuento y la manipulación de los votos”, había declarado
el Obispo el pasado mes de octubre, afirmando
que de esta manera “se pone en peligro la paz social y la seguridad de
muchas personas”.